De acuerdo con la información recabada en la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2018, solo el 31 % de las mujeres cuenta con una cuenta de ahorro para el retiro; mientras que el porcentaje de hombres asciende al 49 %.
Lo anterior se debe, en parte, porque cerca del 60 % de las mujeres no lleva un recuento de sus gastos. Si no saben cuánto gastan, es más complicado identificar los puntos en que se puede ahorrar.
Otra gran diferencia entre hombres y mujeres, según la ENEF, es que el 92 % de las mujeres no han tomado ni un curso de educación financiera en su vida; aunque el 80 % de las mujeres son las que deciden las compras del hogar.
También es necesario mencionar que gran parte de las mujeres trabaja en el sector informal o en los más golpeados por la pandemia de la COVID-19, como el turismo y el restaurantero. Comparado con los países de la OCDE, sólo Turquía e Italia tienen una participación laboral de la mujer menor que en México. A nivel América Latina, sólo Guatemala tiene menor participación.
La importancia de incorporar a las mujeres mexicanas en el sector formal, va más allá de un asunto de género. Según un informe del Instituto Mexicano de la Competitividad: “si hubiéramos incorporado a la mujer al mercado laboral formal, para 2030 el PIB sería 15 % mayor que el que se tuvo en 2020”.
SINMEX/EDUCACIÓN FINANCIERA